Es cierto eso de que para gustos los colores, del mismo modo que también lo es que no existe una única opción a la hora de maridar nuestras cenas. Pero también es una realidad que algunos sabores casan mejor con otros y que, si mezclamos sin distinción, corremos el riesgo de que unos entren en colisión con otros.
Para evitar que esto ocurra y no obligar a nuestro paladar a pasar por una experiencia poco agradable vamos a guiarte para que sepas cómo combinar un determinado plato con el tipo de vino que le aporte el mejor resultado gustativo. Es decir, ese que ayude a potenciar el sabor de la comida y no interfiera en su aroma natural.
Lo primero es saber que, a la hora de combinar alimentos y tipos de vino, hay 3 factores que debes tener siempre presentes:
La textura: un vino afrutado y suave es mejor combinarlo con sabores salados y dulces. En el caso de los vinos astringentes es ideal servirlos acompañando a cualquier plato graso.
Menos es más: es decir, en menús con muchos platos no se recomienda servir muchos tipos de vinos diferentes ya que esto puede saturar a nuestro paladar. A la hora de decantarte por un único tipo de vino hazlo, preferiblemente, por los que sean ligeros. La razón es que serán los que, con casi total probabilidad, encajen con la mayoría de platos.
El equilibrio: es, quizá, el más importante. No queremos que el sabor de uno se imponga al del otro. Al revés, lo que buscamos es que se realcen mutuamente y entren en armonía siempre respetando su espacio.
Con todo esto en mente, vamos a relacionar cada tipo de vino –tinto, blanco, rosado– con su receta ideal.
¿Tu cena incluye carnes frías? Elige un vino tinto
Roastbeefs, carpaccios y steak tartars son un clásico cada vez más recurrente en muchas cenas en casa. Eso sí, elige una versión ligera ya que un vino tinto con más empaque podría llegar a enmascarar el sabor de la carne que, en estas recetas, no es demasiado intenso. Este, resérvalo mejor para las carnes rojas y carnes de ave. Si no te convence el vino tinto, estas preparaciones también encajan con un vino blanco seco.
¿La protagonista es una ensalada? Elige entre un rosado y un blanco
Se puede servir como entrante o como primer plato y es, por su ligereza y frescura, un indispensable en las cenas. A la hora de decantarnos por un tipo de vino para este plato podemos elegir tanto entre el vino rosado –ideal también para aperitivos– como entre los blancos que tengan un aroma frutal. Descartaremos, sin embargo, los blancos con toques dulces ya que en vez de enfatizar el frescor en la boca producirán un efecto empalagoso.
¿Eres un fanático de la comida asiática? Elige un vino rosado
Este tipo de comida se caracteriza por incluir arroces, pescado crudo y muchas salsas y especias. Ante semejante mezcla de sabores es difícil encontrar un tipo de vino que encaje a la perfección. La mezcla de sabores y aromas de estos platos con un carácter tan típico, servidos juntos, nos incita a elegir un vino rosado, más versátil, que combinará mejor con todos los platos.
Con estos consejos esperamos facilitarte la tarea de encontrar la correcta combinación de alimentos con los distintos tipos de vinos tintos. Eso sí, no te olvides de que, siempre, el mejor maridaje para un vino es la compañía.
