Josep, junto con su padre, hacía las mejores cocas de azúcar de la comarca. Todo el mundo hablaba de ellas. No pasaban desapercibidas. Para Jean Leon, tampoco. “En verano, cuando venía al Penedès cada día pasaba por la panadería para comprar pan y coca. Le encantaba” reconoce Josep Colomé, hijo de Rosendo, panadero del Pla del Penedès, una panadería con más de 100 años de historia. Le gustaban tanto, que incluso un día le pidió que aquellas cocas las tendría que hacer en sus restaurantes de Los Ángeles. Y así fue. “Invitó a mi padre y a su ayudante una semana a los EE.UU porque le enseñara a su equipo como se hacían aquellas cocas que maravillaban a toda la comarca”. Una estada que Josep recuerda perfectamente. Era agosto de 1986. Tenía 28 años y durante la ausencia de su padre se quedó al frente del negocio. “Para mí no significó ningún problema, era joven y tenía mucha responsabilidad, pero sabía perfectamente cómo funcionaba todo.”
Las cocas llegaron a triunfar en el Los Ángeles de las estrellas. No pasó lo mismo con el pan, que no acaba de cuajar. “No tenían las herramientas necesarias para poder hacerlo igual que aquí y no les salió bien” reconoce Colomé. Todo al contrario que la coca, que fue todo un éxito. “Era una coca de pan, con anís y azúcar y la pasta la hacíamos con un sistema directo que era muy rápido. Tenía un sabor muy característico que la hacía única.”
Incluso, el periodista gastronómico Colmand Andrews hizo un libro de cocina y decidió incluir la receta de las cocas del Pla. “Vino a la panadería para informarse del proceso de elaboración y conocer los detalles y secretos de la coca e incluyó la receta en su libro. Para nosotros fue un orgullo formar parte de la publicación”. Pero la coca no solo captó el interés de Andrews, la prensa de los EE.UU se hizo eco y el diario local 3 de Vuit dedicó un espacio en su portada.
Colomé reconoce que a su padre le gustaban los vinos de Jean Leon y que incluso después de su estada en EE.UU, continuaron teniendo relación. “A mi padre le gustaban mucho los vinos de Jean Leon. Eran muy buenos”. De todas formas, reconoce perfectamente que los inicios de Jean Leon no fueron fáciles. “La gente de aquí pensaba que estaba loco -recuerda Josep en referencia a la decisión de Jean Leon de sustituir las cepas locales por variedades francesas- pero con el paso del tiempo y la consolidación de la bodega y de todo lo que consiguió, le acabaron dando la razón. Revolucionó la comarca.”
Sobre si actualmente se hacen cocas como las suyas, Colomé reconoce que “hay panaderos que la siguen haciendo, pero con alguna diferencia. Por ejemplo, el panadero de Torrelavit le añade margarina y la nuestra era coca solo de pan.”
Después de conocer el testigo de Josep, nos quedamos con las ganas de probar la famosa coca. Esperemos convencerlo algún día para que nos haga una. Si lo conseguimos, ¡os explicaremos la experiencia! 😉