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El diseño de las etiquetas de vino, clave para el éxito

No es ningún secreto que actualmente, con el gran número de bodegas existentes y la gran cantidad de productos en el mercado entre los que escoger, ha adquirido una gran importancia el diseño de las etiquetas y el packaging asociado a las botellas de vino. Atraer clientes e incentivar la compra es el objetivo primordial de todas las bodegas y estos elementos juegan un papel muy destacado. Es de vital importancia, por tanto, comprender los factores que influyen en las decisiones de compra de los consumidores. Intentar entender su reacción ante un envase u otro es un gran desafío.

Conocer las tendencias en packaging es imprescindible y este hecho conlleva evaluar el rendimiento del diseño en una muestra amplia. Con la evaluación de los diseños aumenta el conocimiento de las preferencias de los consumidores y al mismo tiempo la capacidad de destacar ante el resto de los productos. Según datos de la consultora en tendencias de consumo Nielsen , más de la mitad de decisiones de compra se toman frente al lineal del establecimiento a la hora de la compra y si el diseño de la botella funciona, el producto crece en ventas un 5,5% de media . Es por ello por lo que es necesario identificar los valores que construyen la identidad de la marca y sus ventajas competitivas con el resto, e incorporarlas en el envase y en la etiqueta, ya que conforman el primer punto de contacto con el consumidor.

Es necesario, por tanto, diferenciarse, crear diseños novedosos respecto de los que ya se pueden encontrar en el mercado, estudiar las tendencias y ofrecer diseños únicos y tipografías atractivas, entre muchos otros detalles para tener en cuenta. Saber qué se quiere transmitir al consumidor y saber qué elementos gustan y cuáles son susceptibles de mejorar es imprescindible. Las etiquetas deben reflejar la personalidad de la marca y las imágenes o ilustraciones utilizadas deben alinearse claramente con los valores y la filosofía de la bodega. El uso apropiado de tipografías, los juegos de palabras o el uso de colores que combinen bien son algunos de los elementos clave de un buen diseño que funcione y que, finalmente, se traduzca en más compras por parte del consumidor.

 

También es evidente que el diseño de las etiquetas no lo es todo. Este aspecto forma parte de un conjunto de acciones mucho más amplio. Cuando se habla del marketing del vino también se está hablando del diseño de las cajas, envases y estuches utilizados por los productos, la estrategia de posicionamiento y la gestión de la comunicación y la presencia de la marca en las redes sociales. Las diversas acciones se complementan y es imprescindible que estén alineadas para llegar destacar y ser atractivos en la mente del usuario.

En consecuencia, es fácil llegar a la conclusión de que, en un mercado con una competencia muy amplia, la calidad de los vinos también debe ir acompañada inexorablemente de un buen diseño de las etiquetas y del packaging que ayude a asegurar el éxito final. Actualmente es difícil concebir un vino que no vaya ligado a una imagen potente y atractiva que sea percibida por el consumidor final.